Estimada Emma
Mucha
natura ha sido deshojada desde el mismo día que me alejé de nuestro
querido Yonville...
y de
usted. No recuerdo bien el motivo de mi resurgimiento a través de
las palabras, mas no puedo
aguantar
tanto tiempo sin saber de la mujer que amé, a la que guardo sincera
devoción y deseo
retornar
a deleitarme con vuestra presencia (a mí). Volvería, Emma, si usted
no fuese tan
deliciosamente
mezquina, a la par que poseedora de magna belleza que puede resultar
mortal en
ciertos
sentidos.
Perdóneme
si cree que procuro ofenderla, nada más alejado de la realidad. No
sería de nuestro
agrado
que este malentendido derive en una trifulca campal. Me provocaría
un severo dolor
sofocante
incluso pensar que fuera capaz de tal ignominia hacia una amiga.
De
usted mis labios sólo pueden enaltecer su ser bajo el ventanuco
estrellado. Créame.
Sois
una dama de lo más exquisita, para mi fuerais la mismísima
Portinari del admirado Dante,
mas
no iría a buscaros, ¡Dios me libre!
No
sería de mi agrado, y que el señor me lea con su verde vista,
sofocarme en las calderas de
Botero
por una dama que cualquier flor suya puede resultar una mentira.
Le
recuerdo que soy un caballero y nunca me atrevería a criticaros,
pero la evidencia de los
hechos
y los fulgurantes quevedos portan a las pensaderas llegar a que sois
más despilfarradora
que
el quinqué en las gélidas noches.
Cambiasteis,
ese es mi definitivo veredicto. Y ese mismo fue el motivo de mi
marcha.
No
derrameis lagrimillas de cocodrilo con que poder hacer eméticas
perlas, no os hagais la ciega,
os
amé, os amo, pero...¡jamás volveré a caer en profesar un
sentimiento tan ennoblecido por
los
hombres hacia usted, Emma!
Replico
el pasado por destruir mi vida, y a la vez, contrariando mis edictos,
lo glorifiqué, lo
engalané
con un lazo rosa y lo mandé, miedoso, a mar abierto hacia otra
lejana orilla.
Fuisteis
la primera, el más bello recuerdo de una vida de ensueño, vuestra
amistad fue un regalo,
su
amor una edulcorizada fusta para mi bolsillo, vuestro marido, un
morueco destripaterrones,
pobre
de él, me compadezco.
Emma,
quisiera, como signo de sino por ambas partes, que aceptarais unos
cuantos óbolos de un
amigo.
Bajo mi acomodada estancia en París regenta un servidor el humilde
negocio de la familia
de
su joven esposa. Ruego que acepteis esta ayuda y así paliar la
situación tan cochambrosa y
desangelada
en la que se halla vuestro matrimonio. Así pues, querida, se despide
un
incondicional
amigo, mas no amante. Allá se fueron aquellos años en que el
relincho ecuestre
y el
piano ignorado nos proporcionaba adicional coyunta en el tumultuoso
lecho.
Os
ruego que no malgasteis los cuartos en más inefables cartas
violables al ojo ajeno.
Os
lo pido, por vuestro barrunto, nada es posible ya. Por vuestra dicha
y la mía.
Cerca
estuve de olvidar: dad gratos recuerdos a monsieur Charles de mi
parte, nada me produciría
más
júbilo que evocar recuerdos de fonda en el médico.
Quede con Dios, madame Bovary.
Con amor, siempre suyo:
León
Dupuis
Texto de Jordi Rodríguez Serras.
Nota de Jordi: Para que nos aclaremos bastante, aquellos que hayan leído la novela de Madama Bovary (de Flaubert), conocerán de sobra el personaje de León, que en esta supuesta carta (invención mía) se cartea, sin respuesta, con su antigua amante, Emma Bovary. Creé este engendro hace más de un año, a resultas de la lectura del libro en clase de Literatura Universal, por eso el lenguaje que utiliza León no corresponde con el vocabulario que usa en la novela, debido a mi inexperiencia. Hay que tener en cuenta que un chaval de diecisiete años no tiene mucho en cuenta esas cosas... Igualmente, disfruté como un enano inventando situaciones que bien podrían haberse dado.
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Texto de Jordi Rodríguez Serras.
Nota de Jordi: Para que nos aclaremos bastante, aquellos que hayan leído la novela de Madama Bovary (de Flaubert), conocerán de sobra el personaje de León, que en esta supuesta carta (invención mía) se cartea, sin respuesta, con su antigua amante, Emma Bovary. Creé este engendro hace más de un año, a resultas de la lectura del libro en clase de Literatura Universal, por eso el lenguaje que utiliza León no corresponde con el vocabulario que usa en la novela, debido a mi inexperiencia. Hay que tener en cuenta que un chaval de diecisiete años no tiene mucho en cuenta esas cosas... Igualmente, disfruté como un enano inventando situaciones que bien podrían haberse dado.
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¡Qué escándalo!
ResponderEliminarRelicho ecuestre, picarón, picarón...
Lo que sucede en las caballerizas se queda en las caballerizas... salvo que lo vea u oiga el pozo, y el pozo se lo chive a las jarras y que estas terminen por conjurar comadreo junto a las chismosas del pueblo.
Eliminar¡Menuda caterva en la plaza!