Voy andando por la
rambla
de la vida entre
bosques,
donde los álamos me
llaman por mi nombre.
''¡Que
soy el amor!,'', ''¡que somos
las hojas verdes,
que mecen tu sien!'',
me coronan. Heme
aquí, en el
más profundo
secreto que nadie conoce.
Pero yo me desvío y
doy camino
hacia los ríos de
unos vagos pensamientos.
Igual que un junco y
un sueño.
Por la mañana
soleada; no es el amor o la amistad,
sentir que nos ciega
los ojos,
antes son los juncos
y el lauceraso
con los cuales yo me
fabrico
una siringa
silenciosa -para que cante
por mí; lo que
callo, lo que pierdo- desde los tallos
húmedos de fuentes
profundas. Luego,
solo entonces,
adormecido,
pienso en ella.
Ilustración: Vista desde Llyn Nantlle al monte Snowdon, del pintor galés Richard Wilson.
Texto de Jordi Rodríguez Serras.
M'agrada la serenor de la darrera estrofa. M'encanta la pintura escollida. T'has inspirat en ella o és fruit d'una altra font?
ResponderEliminarQuina agradable sorpresa trobar-te per aquest terrer! Doncs, Sandra, si t'haig de ser sincer, la pintura la vaig escollir a posteriori d'haver escrit el poema. M'alegra que t'hagi agradat.
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