
No hay Fragata como Libro
para ir a lejanas Tierras,
ni Córcel como la Página
de un impetuoso Poema.
Sin agobios de Peaje,
Este Periplo se adapta al más pobre.
¡Que austero el Carruaje
que lleva al alma del hombre!
Emily Dickinson.
Tenemos los locos sueños que surgen dormidos por una secta. Y los locos aman como cualquiera, despiertos. Creía. Soñé. Quise y quiero. Un platillo con pan y aceite. Ferrocarriles grises por la tarde conquistada, donde el elíseo parece coronarse en mi cabeza mientras leo versos de Emily Dickinson.
Ilustración: tumba de la poetisa, en Amherst, Massachusetts (EUA).
Texto de Jordi Rodríguez Serras.