
Por el campo tranquilo de septiembre,
del álamo amarillo alguna hoja,
como una estrella rota,
girando al suelo viene.
Si así el alma inconsciente,
señor de las estrellas y las hojas,
fuese, encendida sombra,
de la vida a la muerte.
Ilustración: Álamos lombardos a la orilla del río. Tarde. Fiodor Vasilyev.
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Más poesía de Luis Cernuda (Sevilla, 21 de septiembre de 1902- Ciudad de México, 5 de noviembre de 1963), aquí (enlace a la página del autor en poetasandaluces.com).